DIPUTACIÓN, JARDINES E IGLESIA
CONVENTO DE LA MERCED
Actual Palacio de la Diputación Provincial, tiene una amplia fachada, en la que se alza la portada de la iglesia, de estilo barroco cordobés, fechada en 1745.
La parte del antiguo convento posee un patio, del mismo estilo, claustrado, de muy bella traza, y , otro interior, de estilo renacentista.
La iglesia, destruida recientemente por un incendio, sigue el mismo estilo barroco, con los brazos de crucero abierto por cúpulas de media naranja y tenía como notable las esculturas del altar mayor, hechas por la mano del cordobés Gómez de Sandoval, y en los altares colaterales, la Virgen del Socorro y la Beata Mariana de Jesús.
Entre las pinturas de la iglesia de la Merced destacamos, varios cuadros de Cobo de Guzmán que representan la vida de San Pedro Nolasco, y un Cristo, joya de la imaginería española del siglo XIV, y tal vez la escultura más antigua de Córdoba, que afortunadamente se salvó del voraz incendio.
Las "Crónicas de la Orden" cuentan que estando el Comendador de este convento, Fray Juan de Granada, en Antequera, en 1354, hasta donde llegó para redimir algunos cautivos, vio en la plaza principal una gran hoguera a la que iban a arrojar una imagen de Cristo crucificado.
Alarmado por tal sacrilegio, rogó ser suspendiese la orden de quemarla, tratando de rescatar la imagen, cosa que consiguió a fuerza de dinero.
Una vez en su poder la trajo a Córdoba y se colocó en la iglesia, ocupando el testero de la nave del Evangelio, costeándole más tarde, en 1602, una hermosa capilla, el Corregidor de Córdoba don Diego de Vargas, Caballero del Hábito de Alcántara.
En el convento de la Merced se hospedó, el que luego fue Gran Almirante de Castilla, Cristóbal Colón, esperando ser recibido por los Reyes Católicos, en el Alcázar de los Reyes Cristianos.
Las obras de restauración llevadas a cabo por la Diputación, dirigida por arquitectos provinciales al frente de los cuales figura el insigne cordobés don Rafael de la Hoz y Arderius, que fue Director General de Arquitectura, es sencillamente extraordinaria pues se ha seguido fielmente la obra primitiva, devolviendo su carácter a los claustros y patios la magnificencia y belleza del barroco cordobés, y llevándose a cabo durante las obras del descubrimiento de la pila bautismal de la antigua iglesia visigoda de Santaolalla, que allí tuvo su asentamiento.
CONVENTO DE LA MERCED
Actual Palacio de la Diputación Provincial, tiene una amplia fachada, en la que se alza la portada de la iglesia, de estilo barroco cordobés, fechada en 1745.
La parte del antiguo convento posee un patio, del mismo estilo, claustrado, de muy bella traza, y , otro interior, de estilo renacentista.
La iglesia, destruida recientemente por un incendio, sigue el mismo estilo barroco, con los brazos de crucero abierto por cúpulas de media naranja y tenía como notable las esculturas del altar mayor, hechas por la mano del cordobés Gómez de Sandoval, y en los altares colaterales, la Virgen del Socorro y la Beata Mariana de Jesús.
Entre las pinturas de la iglesia de la Merced destacamos, varios cuadros de Cobo de Guzmán que representan la vida de San Pedro Nolasco, y un Cristo, joya de la imaginería española del siglo XIV, y tal vez la escultura más antigua de Córdoba, que afortunadamente se salvó del voraz incendio.
Las "Crónicas de la Orden" cuentan que estando el Comendador de este convento, Fray Juan de Granada, en Antequera, en 1354, hasta donde llegó para redimir algunos cautivos, vio en la plaza principal una gran hoguera a la que iban a arrojar una imagen de Cristo crucificado.
Alarmado por tal sacrilegio, rogó ser suspendiese la orden de quemarla, tratando de rescatar la imagen, cosa que consiguió a fuerza de dinero.
Una vez en su poder la trajo a Córdoba y se colocó en la iglesia, ocupando el testero de la nave del Evangelio, costeándole más tarde, en 1602, una hermosa capilla, el Corregidor de Córdoba don Diego de Vargas, Caballero del Hábito de Alcántara.
En el convento de la Merced se hospedó, el que luego fue Gran Almirante de Castilla, Cristóbal Colón, esperando ser recibido por los Reyes Católicos, en el Alcázar de los Reyes Cristianos.
Las obras de restauración llevadas a cabo por la Diputación, dirigida por arquitectos provinciales al frente de los cuales figura el insigne cordobés don Rafael de la Hoz y Arderius, que fue Director General de Arquitectura, es sencillamente extraordinaria pues se ha seguido fielmente la obra primitiva, devolviendo su carácter a los claustros y patios la magnificencia y belleza del barroco cordobés, y llevándose a cabo durante las obras del descubrimiento de la pila bautismal de la antigua iglesia visigoda de Santaolalla, que allí tuvo su asentamiento.