Sin tu amor no sería poesia
No podría vivir mi existencia sin amarte,
ni estar sin luz acariciante para verte.
Nuevos amaneceres para despertar contigo,
y brisas en mis manos para acariciarte.
Paisajes sin sombra que te oculten de mí,
celoso corre el viento de mi amor.
Ansiedad me produce pensar en perderte y no verte,
como al alegre río la sequedad del afluyente.
Se que aún me quieres y, a veces me lo preguntas,
si dejara de amarte el sol se apagaría.
La luna solitaria, en oscura noche, de pena moriría,
el cielo nos demandara por la ausencia sufrida.
Que puente construido, nuestro desamor aguantaría,
demencia de un amor enamorado soy yo.
Cómo vivir sin mirar el amor reflejado en tus ojos,
dejad que el viento me traiga su perfumado olor.
No se como desearte más sin un perder la razón,
si morir quiero, es por esperarte en la eternidad.
En una eternidad donde solo estemos tú y yo,
donde en el espacio se pierda, fundidos los dos.
¿Me preguntas si es por ti tanto amor, amada Isabel?,
desde entonces y por siempre, mi único amor.
Cómo puedes pensar que existan dos soles, dos lunas,
sólo un poema sale de mi alma enamorada.
Son besos de mis enamorados labios para los tuyos,
mis sueños compartidos nacen para estar contigo.
A lo lejos, como testigos, las aves surcando el cielo,
vocean con tridentes sonidos que al mar despierta.
Por quererte como te quiero, ya no puedo quererte más,
si así lo hiciera, el último aliento de vida perdería.
Quiero dejar escrito todo cuanto lo dicho de amor por ti,
Dios me lo demandare si gramo de amor te negase yo.
Ser contigo al fin de los tiempos, enramados como árbol,
hundidos en raíces de una profunda tierra.
Por dejar de ser un poeta soñador de ti, estoy sin dormir,
quiero ser tu único poema escrito en tu corazón.
Tu suave piel quiero ser y bañarme en tu refrescante sudor,
beber de ti para saciarme de tu amor y de tus besos.
Si la noche terminara para mí, volvería amanecer para así,
estar en un volver infinito regreso, enamorado de ti.
Que la última gota de vida en este fértil mundo de Dios,
sea la derramada de nuestro suspiro agónico de amor.
Este poema está inspirado en el amor que, mi amada esposa, me hace vivir, soñar y sufrir.
Roque Cruz
No podría vivir mi existencia sin amarte,
ni estar sin luz acariciante para verte.
Nuevos amaneceres para despertar contigo,
y brisas en mis manos para acariciarte.
Paisajes sin sombra que te oculten de mí,
celoso corre el viento de mi amor.
Ansiedad me produce pensar en perderte y no verte,
como al alegre río la sequedad del afluyente.
Se que aún me quieres y, a veces me lo preguntas,
si dejara de amarte el sol se apagaría.
La luna solitaria, en oscura noche, de pena moriría,
el cielo nos demandara por la ausencia sufrida.
Que puente construido, nuestro desamor aguantaría,
demencia de un amor enamorado soy yo.
Cómo vivir sin mirar el amor reflejado en tus ojos,
dejad que el viento me traiga su perfumado olor.
No se como desearte más sin un perder la razón,
si morir quiero, es por esperarte en la eternidad.
En una eternidad donde solo estemos tú y yo,
donde en el espacio se pierda, fundidos los dos.
¿Me preguntas si es por ti tanto amor, amada Isabel?,
desde entonces y por siempre, mi único amor.
Cómo puedes pensar que existan dos soles, dos lunas,
sólo un poema sale de mi alma enamorada.
Son besos de mis enamorados labios para los tuyos,
mis sueños compartidos nacen para estar contigo.
A lo lejos, como testigos, las aves surcando el cielo,
vocean con tridentes sonidos que al mar despierta.
Por quererte como te quiero, ya no puedo quererte más,
si así lo hiciera, el último aliento de vida perdería.
Quiero dejar escrito todo cuanto lo dicho de amor por ti,
Dios me lo demandare si gramo de amor te negase yo.
Ser contigo al fin de los tiempos, enramados como árbol,
hundidos en raíces de una profunda tierra.
Por dejar de ser un poeta soñador de ti, estoy sin dormir,
quiero ser tu único poema escrito en tu corazón.
Tu suave piel quiero ser y bañarme en tu refrescante sudor,
beber de ti para saciarme de tu amor y de tus besos.
Si la noche terminara para mí, volvería amanecer para así,
estar en un volver infinito regreso, enamorado de ti.
Que la última gota de vida en este fértil mundo de Dios,
sea la derramada de nuestro suspiro agónico de amor.
Este poema está inspirado en el amor que, mi amada esposa, me hace vivir, soñar y sufrir.
Roque Cruz